Según mi amigo, al conjunto de instrucciones que se da a un ordenador para que efectúe alguna actividad específica se le llama programa. Un lenguaje moderno de programación consiste en una serie de caracteres y palabras que es, idealmente, semejante o muy parecido al lenguaje humano; sin embargo, puede dar instrucciones o transmitir datos al ordenador.
Aunque la historia de los lenguajes de programación es breve —solo tiene unos cincuenta años— ya hay miles de lenguajes de programación, y cada día siguen apareciendo más. Esto se debe a las muchas funciones que ejecutan los ordenadores, y a los descubrimientos que se han hecho en la tecnología relacionada con los ordenadores.
Los nombres que se han dado a estos lenguajes o describen sus características, como el FORTRAN (siglas en inglés para Retransmisión de fórmulas), el BASIC (siglas en inglés para Código de instrucciones simbólicas universales para principiantes), el COBOL (siglas en inglés para Lenguaje común orientado hacia los negocios), o simplemente los identifica, como PL/1 (siglas en inglés para Lenguaje de programación 1) y APL (siglas en inglés para Un lenguaje de programación). Algunos, como el FORTRAN, se han inventado de modo que emplean términos matemáticos y son más apropiados para realizar cálculos científicos, mientras que el COBOL utiliza el vocabulario comercial en inglés y es un lenguaje orientado hacia los negocios.
Tal como hay reglas que rigen la gramática y la puntuación de los idiomas del hombre, cada lenguaje de programación tiene su propio conjunto particular de reglas, o sintaxis. Es preciso adherirse a éste para que la máquina entienda el programa.
Como sabe cualquier persona que haya aprendido alguna vez un lenguaje extranjero, el tan solo eliminar una parte necesaria de la oración o pronunciar mal una palabra puede ser desastroso. Esto es cierto también en lo que toca a los lenguajes de programación. Para exponer el punto de una manera conveniente, remóntese al lanzamiento de la nave espacial Mariner I que realizó la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, de los Estados Unidos) hace algunos años. Un programa en FORTRAN para lanzar el cohete contenía un error de programación; se había olvidado un guión. ¡Como resultado el cohete, que costó miles de millones de dólares, no entró en órbita! ¡Qué pérdida costosa debido a un solo error!
Otro punto que se me recalcó tenía que ver con lo que puede hacer un ordenador, y lo que no puede hacer. El ordenador no tiene originalidad... no puede producir nada nuevo a menos que se le alimente con los componentes necesarios. Así, si cierto programa mandara al ordenador CONSIGUE ARCHIVO 1, SÚMALO a ARCHIVO 2, luego IMPRÍMELO, pero nunca se hubiera introducido el archivo 1 en el ordenador, no se podría proseguir con el trabajo, y probablemente se recibiría una respuesta como “ARCHIVO NO ESTÁ EN BIB” para comunicarle que el archivo no está en la Biblioteca de la memoria del ordenador.
Tales respuestas también se introducen de antemano en el ordenador. De modo que tanto las preguntas como los medios de contestar, toda la información que se da y se recibe al comunicarse con los ordenadores, son de invención humana. Esto me recuerda el guión de una obra teatral que contiene todas las salidas a escena, los mutis, los apuntes para hablar y las partes escritas de los actores. Cualquier cosa que el ordenador haga, tiene que haberse programado de antemano.
En este respecto aprendí otra peculiaridad del lenguaje de máquina. Prescindiendo de la pericia que uno desarrolle, siempre necesita un traductor para que el ordenador le entienda. Eso no es error del hombre, sino se debe a las limitaciones de la máquina. Esta solo puede entender información en la forma de 1 y 0, así que se necesita un programa que traduzca las instrucciones del programador a esa forma. Por lo tanto, realmente hay dos copias del programa envueltas en el asunto... la que escribe el programador, conocida como programa que sirve de fuente, y la copia traducida, con la que la máquina puede ejecutar las operaciones. Entonces el ordenador efectúa las operaciones empleando la información que puede entender. Puede responder al usuario mediante una pantalla o una máquina de imprimir al traducir su respuesta de vuelta a los caracteres que una persona pueda leer.
En lo que se interesa principalmente el programador es en el lenguaje de programación que ha de traducirse. Este es el que emplean los hombres para escribir sus programas, y tienen que conocerlo bien para preparar un buen programa. La compañía que produce los lenguajes de máquina es la que los instala en el ordenador y los prepara.
¿Cómo aprender programación?
Hoy día hay muchas ayudas para aprender los diferentes lenguajes de programación. Por eso es mucho lo que uno puede lograr si se enseña a sí mismo. En primer lugar, los lenguajes mismos se están pareciendo cada vez más al lenguaje hablado, lo cual contribuye a que sean más fáciles de usar y aprender. Además, muchas compañías de ordenadores imprimen publicaciones y estas puede conseguirse en Internet fácilmente, las cuales pueden pedirse, estos enseñan técnicas y lenguajes de programación fundamentales. Algunas escuelas secundarias ofrecen cursos de programación, y hay bibliotecas que tienen un sinnúmero de libros sobre el tema.
No obstante, el aprender completamente por su propia cuenta presenta algunos inconvenientes. Tal como en el lenguaje hablado, siempre existe la posibilidad de adquirir malas costumbres, que son difíciles de corregir más tarde. También, el tener un buen ejemplo del cual aprender es una gran ayuda para desarrollar destreza. Otro punto que debe tomarse en consideración es que las compañías de ordenadores están constantemente modernizándose y añadiendo nuevas técnicas. Así que el simplemente aprender un lenguaje de programación no garantiza que se pueda usar como tal.
Quién puede aprender
Un factor importante en el hecho de que uno aprenda o no un lenguaje de programación y se haga diestro en el uso de éste es el interés de uno. Las personas que mejor aprenden son las que tienen interés en el campo de los ordenadores y demás campos relacionados.
Otro requisito que a menudo se menciona tiene que ver con la edad. Mientras más joven sea uno, mejor; ése es el consejo usual. Esto es así porque mientras más años tiene uno, el modo de pensar de uno llega a estar más fijo, lo cual hace que sea más difícil adaptarse.
En el pasado se pensaba que era esencial que los que desearan entrar en el campo de la programación tuvieran conocimientos matemáticos, pero ése no es el caso hoy día, a menos que sea para programar información matemática. De hecho, hace algunos años, un concurso probó que uno de los programadores más eficaces de IBM (International Business Machines) en Japón era un graduado de artes liberales. Sin embargo, para preparar buenos programas es necesario tener el tipo de mente que rápidamente coloca las cosas en orden lógico con alto grado de precisión.
¿Vale la pena?
¿Vale la pena?
¿Vale la pena el tiempo que se dedica a aprender cierta tarea a cabalidad y luego programar una máquina para realizar esa tarea? Los hechos contestan: Sí. Es cierto que el planear y escribir un programa toma tiempo. Pero una vez que el programa comienza a funcionar, el ordenador puede funcionar mucho más rápido que los hombres, ¡y algunos ordenadores pueden efectuar más de 200 millones de operaciones fundamentales por segundo! Además, un trabajo hecho con la ayuda de un ordenador es más exacto que si lo hubieran hecho muchas personas diferentes. Todo el tiempo que se ahorra con relación a efectuar operaciones que se repiten vez tras vez deja libre al hombre para que realice tareas más útiles. Por estas razones muchas compañías han adquirido ordenadores para efectuar su trabajo, y así han creado empleos para programadores de ordenadores.
¿Le interesa a usted “hablar” con los ordenadores? El aprender los lenguajes de éstos pudiera presentar un desafío interesante.
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