Hasta no hace mucho, los computadores estaban al alcance solamente de unas pocas personas, que necesitaban estas máquinas para hacer cálculos a gran velocidad. Sin embargo, hoy día los computadores están presentes en cualquier oficina, colegio, universidad o industria, y controla el funcionamiento de los vuelos de aviones, de las comunicaciones telefónicas, de los procesos industriales o de los instrumentos utilizados por los médicos en la operaciones. Actualmente, los computadores también se han convertido en máquina habituales en los hogares de muchas familias.
Pero para poder utilizar un computador es necesario hablar su lenguaje, para formúlales preguntas y poder entender las posibles respuestas. Sólo de esta forma puede aprovecharse todas las posibilidades que ofrece el computador.
Pero para poder utilizar un computador es necesario hablar su lenguaje, para formúlales preguntas y poder entender las posibles respuestas. Sólo de esta forma puede aprovecharse todas las posibilidades que ofrece el computador.
Sin embargo por más imponentes que sean sus habilidades, la computadora sigue siendo una máquina. Correctamente la Encyclopædia Britannica declara: “La computadora no puede ejercer buen juicio ni sentido común, y en el programa es preciso instruirla meticulosamente en cuanto a cómo tratar con cada contingencia.” Sí, el programador tiene que suministrar la imaginación y la habilidad de razonar a medida que desarrolla las instrucciones para dirigir el proceso. La computadora, como cualquier otra máquina, no puede hacer nada más que seguir la trayectoria que el programador le diseñe.
Una de las partes principales del trabajo de un programador consiste en encontrar y eliminar los defectos lógicos que la computadora no puede percibir. Esto se hace por medio de poner a prueba el programa usando datos especialmente preparados y comparando la información de salida con resultados correctos predeterminados. Es probable, pues, que usted pueda ver que la razón por la cual el sistema de computadoras depende por completo del programador es que la máquina carece por completo de juicio.
La computadora sigue las instrucciones ciegamente, sin una conciencia que se sienta perturbada por algo incorrecto. Así, un programador puede hacer que la computadora tenga “prejuicios” por medio de variar sus acciones sobre la base de ciertas combinaciones de letras en el nombre de pila y/o apellido del solicitante. Al programador sin escrúpulos también se le presenta la oportunidad de dirigir la computadora para su provecho personal.
La computadora... ¿esclava o tirana?
La computadora, con sus vastas habilidades en velocidad y precisión, es una esclava excelente que obedece los mandatos del hombre. Si se le dirige apropiadamente puede relevar al hombre de gran parte del aburrimiento y frustración que están asociados con las tareas monótonas. Puede darle libertad para desafiar sus facultades mentales. Pero las cualidades humanas de empatía, compasión, iniciativa, perspicacia e imaginación no se pueden programar en una máquina. El hombre, como amo de la máquina, tiene que guiarla, repasar su trabajo y reajustar sus acciones a medida que esto sea necesario.
La computadora, con sus vastas habilidades en velocidad y precisión, es una esclava excelente que obedece los mandatos del hombre. Si se le dirige apropiadamente puede relevar al hombre de gran parte del aburrimiento y frustración que están asociados con las tareas monótonas. Puede darle libertad para desafiar sus facultades mentales. Pero las cualidades humanas de empatía, compasión, iniciativa, perspicacia e imaginación no se pueden programar en una máquina. El hombre, como amo de la máquina, tiene que guiarla, repasar su trabajo y reajustar sus acciones a medida que esto sea necesario.
Fuentes y recurso:
1001 consejos y sugerencias para computadora, autor: Autor Reader's Digest
Arturo y el desastre de la computadora, autor: Marc Tolon Brown y Esther Sarfatti
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